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EL TURISMO AGROALIMENTARIO

conservación del vino. Actividades económicas tradicionales

El turismo agroalimentario es una modalidad del turismo rural basada en productos locales, que parte del carácter patrimonial del alimento en el contexto comercial contemporáneo, donde la singularidad cobra un valor alto, asociado con su origen e historia .
Este turismo implica conocimiento y apreciación de las actividades y de la gastronomía de los alimentos «auténticos» incidiendo en que este conocimiento va a permitir una nueva apreciación por los turistas-consumidores, lo que podría asegurar su permanencia y la sostenibilidad del sistema..

La dieta  mediterránea  comprende un conjunto de conocimientos, competencias prácticas, rituales, tradiciones y símbolos relacionados con  los cultivos y cosechas agrícolas, la pesca ,  la cría de animales , la forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y     consumir los alimentos. 
 El acto de comer juntos es uno de los fundamentos de la   identidad y continuidad culturales de las comunidades .El impulso de los «alimentos emblemáticos» como “bienes patrimoniales culturales”, ha llevado a configurar una amplia gama de perspectivas sociales, que tienen el cometido de evidenciar el valor cultural de recursos agroalimentarios emblemáticos anclados al territorio.

Este patrimonio  contribuye a la  conservación de la cultura agroalimentaria,  a la inclusión social y al desarrollo económico. En él, la identidad, la autenticidad, los valores y los significados atribuidos a estos alimentos se mantienen en el centro de  este patrimonio 

El patrimonio inmaterial –el conocimiento y la ejecución de estas actividades- es ahora entendidos como VALOR activo de las comunidades en el ámbito de las actividades agroalimentarias  que  se consolidan como un elemento clave para diversificar la oferta turística y estimular el desarrollo económico local, con valores de sostenibilidad basados en el territorio, el paisaje, los productos locales y la autenticidad

Roberto Fernández y Paz Gómez junto al cartel conmemorativo del acto antes de comenzar su conferencia

Etnografía y Patrimonio Inmaterial, presente en el VIII Centenario del Fuero de Talamanca

El viernes 12 de mayo en la Casa de la Cultura de El Vellón se conmemoró el VIII
Centenario del Fuero de Talamanca que se firmó en 1223 con la presencia de las
poblaciones que firmaron el primitivo Fuero y de sus representantes políticos:
Alalpardo/Valdeolmos, Algete, El Casar, El Molar, El Vellón, Fuente el Saz, Ribatejada,
Talamanca, Valdepiélagos y Valdetorres del Jarama.

Paz Gómez recordó a los asistentes nuestro trabajo en 2017 y 2018 como un encargo procedente de la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid para ampliar el Inventario del Patrimonio Inmaterial de nuestra Comunidad con los resultados de nuestro trabajo de campo acerca de esta población y de su pedanía, El Espartal, a lo largo de un año.
Paz Gómez insistió en los valores patrimoniales que forman parte de los sujetos como portadores y transmisores de los mismos. Dichos sujetos, los vecinos y las vecinas de El Vellón a los que Etnografía y Patrimonio Inmaterial entrevistó compartiendo sus experiencias colectivas en fiestas, sus tareas cotidianas en sus respectivos oficios como en el pastoreo, la recolección de aceitunas o las labores de la casa, grupales e individuales a través de entrevistas en las que afloraron todo el saber que les pertenece por ser vecinos de este colectivo llamado El Vellón. Paz Gómez insistió en el hecho de que el patrimonio inmaterial es una gran fuente de saberes que se transmiten  entre generaciones y que es vital conservar como un bien cultural de primer orden.

 Roberto Fernández explicó a los asistentes que la ausencia documental del archivo municipal es un daño irreparable para conocer la historia colectiva de El Vellón. Gracias al documento hallado en el Archivo Histórico Nacional por nuestro equipo, que data de 1741 podemos saber cuáles fueron las causas de la destrucción del archivo municipal. Los hechos Ocurrieron en 1710 debido a la ocupación de las tropas  de la casa de los Habsburgo de la villa de El Vellón, que destruyeron a su paso, viviendas así como el ayuntamiento y su archivo. Esta ausencia de documentos fue un gran impedimento para el ayuntamiento local en 1741 cuando el fiscal de baldíos del monarca declaró las dehesas y demás viñas de su término baldías y, por lo tanto, sujetas a su venta. Un gran documento de 400 páginas que Etnografía y Patrimonio donó al ayuntamiento con la intención de recuperar, en parte, un pasado colectivo que había desaparecido hasta ahora, para el disfrute de los amantes de la historia local.    

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